domingo, 26 de noviembre de 2017

Las Pinturas Rupestres

Hablemos a cerca de las pinturas rupestres, a través de su origen. Por definición conocemos como pintura rupestre a todo dibujo o boceto prehistórico que existe en algunas cavernas o rocas.
El término rupestre deriva del latín rupes (que significa roca), con el que se hace referencia a la actividad humana sobre cualquier superficie rocosa; partiendo de eso, es difícil aislar  la manifestación pictórica de otras expresiones como el grabado y los tallados en piedra. Al encontrarse protegida por la dureza de la roca, la pintura rupestre, resiste los efectos de la erosión y el transcurrir del tiempo. Constituye una de las expresiones artísticas más antiguas y primitivas del hombre, existiendo testimonios de ellas de por lo menos 40,000 años de antigüedad, durante la última glaciación;  su carácter de expresión espiritual ha determinado que exista en casi todas las etapas históricas del ser humano y en todos los continentes exceptuando la Antártida.

Esta actividad no fue, ni es actualmente entendida desde el concepto contemporáneo de arte, es decir, el arte para el deleite del experto, si no como un medio imperativo e inherente del ser humano de comunicarse entre sí, así como de plasmar mensajes a lo largo  de su devenir histórico.  Esta práctica es parte de la expresión espiritual de culturas antiguas, que representaron y hoy día continúan representando  sus conceptos  mágico-religiosos y actos cotidianos, así como eventos que en determinado momento han revestido una relevancia especial en su vida diaria, por lo que fueron conmemorados y trasmitidos a otras generaciones y a otros grupos.
Las pinturas rupestres revelan que desde la prehistoria, el hombre creó un sistema de representación artística entremezclada con la magia y la religión, que buscaba mejorar sus actividades, principalmente la caza, a través de plasmar dibujos.
En un primer momento el arte rupestre paleolítico se consideró como puramente ornamental, carente de significados más complejos, pero los descubrimientos que se fueron haciendo, reveló que había un nexo entre los objetos representados y su localización.

A principios de este siglo, se le atribuyó un significado mágico, según el cual, las pinturas servían para influir mágicamente en la realidad. Sin embargo no en todas las pinturas existen evidencias de esa relación que se le ha atribuido, de modo que la motivación oculta del arte rupestre pudo distanciarse de las prácticas cotidianas que reflejan los restos descubiertos hasta ahora.
Pero sin duda, la actividad pictórica rupestre del hombre primitivo respondió principalmente a una necesidad espiritual de expresarse y  otra de índole material para comunicarse entre ellos.



En México, podemos encontrar pinturas rupestres en gran parte del territorio nacional, generalmente están elaboradas en rojo, amarillo, negro y blanco;  representan a seres humanos, animales, cielo y trazos abstractos, podemos decir que una característica común en las diferentes pinturas que hallamos en México consiste en que las imágenes de las personas siempre se encuentran con los brazos hacia arriba, postura que ha sido interpretada como de agradecimiento, alabanza u adoración hacia la deidad.
 Otro rasgo común consiste en los idénticos  tocados o adornos con los que se ve a los personajes, lo que indica que utilizaban un protocolo especial de vestimenta en sus rituales religiosos.

Algunas entidades con importantes hallazgos en pinturas rupestres son Baja California Sur, Sonora y Tamaulipas en el norte; Yucatán, Tabasco y Chiapas, en el sur.

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